Argumento de La Ley de Murphy
Arthur Bloch ha conseguido, gracias a su agudísimo sentido del humor, ser uno de los autores más leídos del mundo. Su pesimismo existencial, que le lleva a pensar que si algo puede salir mal, saldrá mal, es un recurso del que sabiamente se sirve para hacer reír a los lectores con aquello que de por sí no tendría la menor gracia.
- Si se encuentra bien, no se preocupe. Se le pasará.
- Cuando a usted se le ocurra la solución ideal, alguien habrá resuelto ya el problema.
- Es más fácil desarmar cualquier cosa que montarla.
- Si se encuentra un objeto que estaba perdido, desaparecerá otro.
- Cuando se equivoca al marcar nunca está comunicando.
- Si ha visto sólo una vez una serie de televisión, cuando la vuelva a ver será una reposición del mismo capítulo.
- Cuantas más cosas prepare, menos comerán los invitados.
- La duración de un minuto depende del lado de la puerta del baño en que se encuentre.
- La bolsa que se rompe es siempre la de los huevos.
Adéntrese en las páginas de este libro, un antídoto contra el mal humor, y resígnese cuando, como era de esperar, la tostada se le caiga por el lado de la mantequilla. Aún así, sonría. Mañana puede ser peor.1