El camino de la interioridad es un viaje al centro de nuestro ser, un proceso de integración personal progresiva en el que el esquema dual deja paso a la conciencia de unidad. Cuerpo, psique y espíritu son vivenciados en toda su hondura, y de una forma integrada y armónica, en el interior del Ser.
De este modo, la experiencia de unidad, o de no dualidad, se constituye en la puerta que posibilita el encuentro con nuestra dimensión más esencial. Este encuentro ejerce en nosotros un doble efecto: por un lado nos impele a niveles más profundos de nuestra propia esencia; por otro, ensancha horizontes abriéndonos a una relación con el mundo y con Dios desde el amor y la autenticidad. Este doble movimiento de énstasis, hacia dentro, y éxtasis, hacia fuera, es lo que configura a la persona en toda su plenitud.
En este proceso, el acercamiento a Dios se realiza como camino mistagógico, como un descubrimiento progresivo por parte del sujeto de la propia esencia divina que le habita y le constituye. Hay apertura al Yo soy no-dual, al Ser no objetivado ni objetivable, solo accesible desde la experiencia vital, a la Realidad atemporal e ilimitada de Lo-que-Es.
Txemi Santamaría (Muskiz - Bizkaia, 1974). Licenciado en Teología y Psicología. Especializado en Psicología transpersonal y Psicoterapia experiencial. Es miembro del Instituto Español de Focusing. Trabaja como psicoterapeuta en el Centro de Orientación y Terapia Familiar Lagungo y colabora con el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao. Autor de La transmisión de la fe en la familia (2008), Jainkoa eta bere irudia Nor zara zu? (Ir 3,13) (2010) y Recursos para la transmisión de la fe (Ed.) (2011).