La maldición Silach nos propone un viaje épico a través de bosques y montañas nevadas, sembrado de peligros y con un destino misterioso en las entrañas Nuralia. Un grupo de valientes viajará a los confines de su propia resistencia, se toparán con peligros insospechados en un periplo donde la muerte y la gloria son hebras de la misma tela. Conoceremos el templo de Azalea, un lugar sagrado que guarda grandes secretos que tan sólo desvelará quien consiga superar las pruebas. en mitad de tanta acción y aventuras, descubriremos historias de amor ocultas, atracciones que renacen y otras que mueren, deseos sepultados que emergerán.
La segunda parte de La Horda del Diablo se caracteriza por mantener el estilo directo que tanto ha gustado en La caza del Nigromante. En esta ocasión el lector se sumergirá más profundamente en la psicología de los personajes y conocerá más detalles, costumbres y lugares de Vestigia y Nuralia. la obra es más extensa que la primera, y proporcionará también más emociones, con una tensión narrativa que crecerá paulatinamente en la novela hasta su desenlace. Si se tratase de una película podríamos decir aquello de. una interpretación de lujo y una ambientación digna de una superproducción. Con La Maldición Silach se da un paso más allá en la saga La Horda del Diablo y probablemente se convierta en una obra de esas de referencia en el género de la Fantasía Épica. Lo tiene todo.
\" Como una media luna, en su mano derecha, entre el pulgar y su dedo corazón, en el dorso, ondulada por los tendones tensores de los dedos, había una delgadísima línea roja, invisible en un vistazo rápido a la mano, con un perfil verdoso casi inapreciable. No quería creerlo, no podía ser cierto, pero por más que se lo negase a sí mismo. estaba contaminado por la maldición Silach.\"