Hoy está claro que la invasión de Irak fue un terrible error. El conflicto ha dejado ya más de un millón de víctimas mortales, aparte de una enorme cantidad de personas gravemente heridas. La idea de que la invasión favorecería la democracia y aceleraría el cambio en Oriente Próximo parece hoy una fantasía. Con un despliegue, aún colosal, de soldados estadounidenses y extranjeros en Irak y Afganistán, es fundamental entender el verdadero coste del conflicto. El grueso de éste, con las consecuencias que implica para la economía mundial, permanece sin embargo oculto, y los costes futuros, que seguirán aumentando tras la retirada final, se están pasando por alto deliberadamente.
Este libro revela la verdadera magnitud de los costes de la guerra de Irak: desde los derivados del cuidado de los soldados heridos, el abastecimiento militar y la reconstrucción de infraestructuras, a los múltiples costes sociales y humanitarios - como los originados por las prestaciones por incapacidad a los veteranos y sus familias, o por la necesidad de reubicar y ayudar a millones de refugiados -, así como económicos - resultantes de la pérdida de productividad, la reducción del comercio y la subida del precio del petróleo- Ni Estados Unidos ni la economía mundial pueden permitirse el lujo de seguir persiguiendo unos objetivos mal definidos en Irak, en un conflicto cuya factura pagaremos todos durante décadas.