Argumento de La Fe de Un Pueblo. Historia de Una Comunidad Cristiana en el Salvador
En el mes de abril de 1981, en mi forzado exilio europeo, recibí la visita de Lito, un gran amigo. Después de una larga conversación, nos pusimos a meditar el texto de la visitación de María a Isabel.
La visita de Lito me había dado tanta esperanza y alegría como la que debió de sentir Isabel con la visita de María. Lito me contó que Europa era algo así como la madre del precursor, y que él y yo, llevando con nosotros las vivencias del pueblo salvadoreño, éramos una señal como María en Ain Karem. América Latina, encinta del Señor, preñada de esperanza, en vísperas del parto del hombre nuevo, tenía una buena noticia que anunciar a Europa.
Realmente tenía razón. Yo ya había experimentado cómo las comunidades cristianas de muchos paises europeos saltaban de alegría en el seno de su madre, la Iglesia, con nuestra visita.
Después de nuestra meditación, leímos juntos el canto de María, el revolucionario canto del Magnificat. Y decidí escribir este libro.
En él quiero cantar un canto de alabanza junto con los cristianos de las comunidades salvadoreñas por todo lo que el Señor ha hecho con nosotros. Es una especie de diario apresurado, incompleto, en el que recojo las impresiones de mi experiencia pastoral en El Salvador.
He querido explicar en estas páginas el proceso por el cual el pueblo salvadoreño, oprimido, disperso, postrado en la desesperanza, se puso en pie, comenzó a vivir su fe cristiana y se hizo un pueblo sacerdotal.0