Se tejerá una historia oficial para los vencedores y, quizás, una anti-historia, no menos oficial, para los proscritos. Y sólo las generaciones nacidas ahora podrán comprender un día todo lo que esto significó como desastre y perdición, el día en el que nacerá un español que tendrá la suficiente agudeza y fuerza para penetrar la verdad y recuperar a los muertos y a los vivos.
Manuel Azaña, Memorias políticas y de guerra