La etnoarqueología es una disciplina joven que, pese a contar con apenas 40 años de existencia, ha constituido una influencia fundamental para el desarrollo de la arqueología. Toma como campo de análisis aquello que el resto de los investigadores habían despreciado: las casas, la cerámica, las formas de asentamiento, las técnicas de tallar piedra. Es decir, todo lo que sí interesa a un arqueólogo porque, especialmente en el caso de los prehistoriadores, constituye la materia prima con la que construir su historia. Sin embargo, no se trata únicamente de describir procesos técnicos y de comparar artefactos del pasado y del presente. A través del estudio de comunidades vivas, los etnoarqueólogos pueden entender el papel social de los objetos, en el pasado y en el presente. Porque la etnoarqueología no sólo ayuda a comprender la historia de comunidades desaparecidas, sino que puede servir para entendernos a nosotros mismos y a la gente que nos rodea.