La ética del Quijote y la función de los episodios intercalados.
El romanticismo alemán ha creado el mito del trágico idealista que fracasa por la incomprensión del mundo que le rodea. Unamuno ha llevado esta posición hasta su extremo. La posición romántica ha tenido tanta influencia que obstaculiza aún hoy una visión serena de la ética del Quijote, que es esencialmente una ética social. Por lo tanto no se la debe ver exclusivamente desde el punto de vista personal de Don Quijote, sino también desde la perspectiva de su entorno social. Lo mismo que la novela entera no debe estar juzgada únicamente desde la historia de Don Quijote (la acción principal) sino teniendo en cuenta también todo el entorno narrativo que constituyen los episodios intercalados. En mi texto comienzo, pues, con un breve repaso de la acción principal para dedicarme luego a considerar la función de las historias intercaladas. y esto con el propósito de reconciliar, en lo posible, el Quijote cómico con el Quijote serio, el popular con el culto. Acción principal y episodios no solamente se complementan recíprocamente: su relación es dialéctica y dialógica: los episodios procuran a la acción principal la superestructura moral; la acción principal a los episodios una base de vida cotidiana. Los episodios condensan de forma seria y ejemplar los problemas que en la acción principal se disuelven en comicidad. Parece que el diálogo entre Don Quijote y Sancho, que no es solamente un diálogo entre dos caracteres sino también un diálogo entre dos culturas, vuelve a repetirse como diálogo entre distintos niveles estilísticos, entre distintas formas narrativas y de concepción del mundo.