Es notoria la transformación que ha ido teniendo lugar en los sistemas productivos de las sociedades capitalistas cada vez más diversificados y competitivos, con las consiguientes repercusiones en la vida cotidiana, entre ellas, las que afectan a los hábitos deportivos de la población. Hasta el último cuarto del pasado siglo se ha ido produciendo una disminución gradual del sector agrícola, en menor medida del industrial, con el paralelo incremento y diversificación del sector servicios. La actividad física y el deporte ha sufrido un gran cambio, desde la simple organización de los primeros tiempos del deporte moderno hasta convertirse en una actividad socialmente institucionalizada (propia de sociedades industriales) con complejas estructuras de organización y administración y que tiende a complejizarse y progresivamente a adquirir las características de burocratizada, racional, formalizada, jerárquica, técnicamente eficiente y fuertemente comercializada.