El mensaje espiritual de los profetas de Israel permanece vigoroso hasta el día de hoy. Dos son las razones: los profetas partían de las experiencias históricas del pueblo elegido, infiel al Dios de la Alianza, y de la iluminación y fuerza que les comunicaba el Espíritu de Dios. El mensaje profético continúa siendo actual y apremiante, pues el hombre siempre será igual y el Espíritu de Dios quiere conducirlo, con su poder divino, por los caminos auténticos de la salvación.