«Nuestro padre Abraham» es designación común en las Escrituras Sagradas de judíos, cristianos y musulmanes. La casa de Abraham es la casa común de todos. Esa casa estaba siempre abierta para todo el que pasaba. En esa casa nos hemos sentado para escuchar las historias, leyendas y tradiciones de cada uno. En la lectura de los textos que se proponen en este libro, los lectores disfrutarán de la agudeza de la interpretación rabínica y de la belleza de los maravillosos relatos musulmanes, y encontrarán un sentimiento común (sim-patía) en la religiosidad de unos y otros. Más allá de todas las diferencias, el hombre religioso es siempre el mismo: abierto al Dios Compasivo y Misericordioso y, por ello mismo, abierto a sus hermanos.