No son, los que corren, tiempos fáciles para la esperanza. Cuando uno mira un poco a su alrededor, se encuentra con mucha incertidumbre y desencanto. Pero es precisamente cuando la realidad humana contradice nuestras expectativas cuando se hace más necesaria la esperanza evangélica. Y el motivo fundamental de la esperanza cristiana no está en lo que nosotros podemos sino en lo que Dios puede hacer en nosotros o a través de nosotros. Ella no es un suplemento para poder alcanzar la omnipotencia que pretendemos. No es una rueda de auxilio a la que recurrimos cuando vemos que nuestro ánimo está en baja forma. Supone comenzar a ver todo desde otro lugar. Y en ese lugar no somos nosotros quienes estamos en el centro. Ella es un camino que hemos de recorrer cotidianamente, cultivando un conjunto de actitudes evangélicas que le abren paso, que la hacen posible, que le dan acogida. La palabra del cardenal Eduardo Pironio aparecerá en más de una oportunidad iluminando estas reflexiones, pues con su testimonio y enseñanzas nos confirma que aún en tiempos difíciles son posibles la esperanza y la alegría
Nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1956. Ordenado sacerdote diocesano en 1979. Doctor en Teología, con especialización en espiritualidad, fue rector del Seminario de su diócesis, presidente de la Organización de Seminarios de su país, y vicepresidente de la Organización de Seminarios Latinoamericanos. Fue también párroco y es actualmente Rector del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma. Ha publicado diversos trabajos sobre formación y espiritualidad sacerdotales, como también sobre la vida de oración.
HOPE IS A PATHWAY - These are not easy times for hope. When one looks around one finds a lot of uncertainty and disillusionment. But it is precisely when human reality contradicts our expectations, that evangelical hope becomes more necessary. And the fundamental reason of Christian hope it is not in what we can do but in what God can do in us or through us. It is not a substitute to attain omnipotence that we seek. It is not a spare tyre to which we take recourse when we see that our spirit is low. It proposes to begin to see everything from another perspective. And there, we are not the ones who are in the centre. It is a path that we must walk daily, cultivating a group of evangelical attitudes that open ways that make it possible, that welcome it. The words of Cardinal Eduardo Pironio appear more than once illuminating these reflections, with his testimony and teachings, confirming to us that hope and happiness are still possible in spite of difficult times.