"El más importante saber que puede alcanzar un ser humano tal vez puede
salir sólo de sí mismo. Esto no significa que deba crecer indiferente al
mundo que lo rodea, significa que sus preguntas deben nacer de sí mismo,
que el saber más válido es el que resuelve problemas de su relación con
el mundo, con los demás y consigo mismo. 'Para ser algo hay que ser
alguien', decía Goethe, y sólo dejando hablar la pluralidad de nuestras
emociones e inquietudes estaremos en condiciones de dialogar de verdad
con el mundo".