En plena dictadura chilena, un angustiado hombre llega a las oficinas de una revista de oposición. Es un agente de la policía secreta. Quiero hablar, dice, y una periodista prende su grabadora para escuchar un testimonio que abrirá las puertas de una dimensión hasta entonces desconocida.
Siguiendo la hebra de esta escena real, Nona Fernández activa los mecanismos de la imaginación para acceder a aquellos rincones donde la memoria y los archivos no han podido llegar.
Confrontando su propia experiencia con los relatos del hombre que torturaba, la narradora entra en las vidas de los protagonistas de ese testimonio ominoso: la de un padre que es detenido en una micro mientras lleva a sus hijos al colegio y la de un niño que cambia de nombres y de vidas hasta ser testigo de una masacre, entre otras.
Nona Fernández construye un relato a partir de la mala conciencia de un personaje insondable, exponiendo e iluminando esa zona de locura y extravío que está mucho más cerca de lo que pensamos y que puede hacer de un ser humano una bestia. Una novela que cautiva, conmueve y remece.