El lugar de la discusión en filosofía moral y política se sitúa hoy en el ámbito de las virtudes cívicas y la educación de la ciudadanía. Pero aparte de dar cuenta de la necesidad de algún elenco de virtudes para sostener nuestro mundo y para poder vivir en democracia, poco más allá se suele ir en la discusión. Por otro lado, ante el mundo de una ciudadanía que ha de ser enseñada para serlo, los pedagogos tampoco tienen muy claro cuál es su trabajo, qué deben enseñar ni cómo. El propósito de este libro es analizar qué supone apostar por ese ámbito de virtudes cívicas y cómo se puede educar en el mismo.