Un terrorista con una misión suicida. Una famosa bailarina de danzas exóticas. Una idealista empeñada en conseguir el voto para la mujer. Un escritor de cuplés siempre enamorado. Y un espía. O más.
Todos tienen que bailar la danza de la serpiente...
En el mundo soplan vientos de guerra.
En Santander, la vida es un baile de máscaras en el que el amor y la muerte van de la mano.
Ese verano de 1914 llegan a Santander dos forasteros: Julia Doncel, una joven dispuesta a convertirse en una heroína del sufragismo, y Rafael, un anarquista andaluz que nunca ha visto el mar y que también tiene una misión que llevar a cabo.
Sin embargo, los propósitos de ambos se ven entorpecidos por la aparición de un alocado grupo de artistas encabezados por Alvaro Retana -el escritor más guapo del mundo- y la diva de la danza exótica TórtolaValencia, sobre quien recae la sospecha de ser una espía al servicio del Almirantazgo alemán.
Revolucionarios y aristócratas, espías internacionales y policías implacables, escritores que quieren ganar el premio Nobel y un rey aficionado a la pornografía; prostitutas, cineastas y equívocas reinas del cuplé se encuentran en un baile de máscaras de intrigas y ambiciones, pero también de deseo y amor.
La vida es una comedia y una tragedia, un cabaret donde, en el verano de la locura y de la guerra, el mundo entero baila la danza de la serpiente.
Pilar Ruiz ha creado una narración poblada por acontecimientos y personajes históricos que sin embargo no es una novela histórica al uso. En La danza de la serpiente, los personajes y los géneros no solo se tocan, sino que se besan -incluso se aparean-, para crear un relato irónico, de humor irreverente, con un estilo chispeante y una frescura desvergonzada, como salido de un cabaret. Pero también es el retrato de una sociedad y de una época que revela una abrumadora actualidad.
Admirable retrato de una sociedad y una época: Santander, en vísperas de la gran guerra.