La concepción cervantina del hablar explora la relación entre el decir y la posición moral del hablante. Los rasgos estilísticos de Cervantes remiten a la conciencia de su estar en el mundo y a una mirada, entre ácida y benévola, a su ambiente. La escritura de Don Quijote es resultado de múltiples determinaciones: la que el mundo ejerce sobre la conciencia individual del escritor, la del deber moral que el autor se impone para contrapesar la presión del mundo, y la de las tradiciones del hablar presentes en la poética de unos géneros ya establecidos pero insuficientes para dar cauce a su impulso expresivo. La ironía, la confrontación de múltiples variedades lingüísticas (literarias y no literarias), la parodia, la manipulación verbal ejercida en muy distintas situaciones y maneras ,y otros rasgos de estilo aparecen en el texto cervantino como síntoma de una voluntad de ser que busca en sí mismo un orden amenazado por una realidad caóticamente amoral. En la lengua cervantina se hace patente la construcción de la identidad moderna: la que busca armonizarla experiencia de la propia intimidad, la del entorno vital en que se desenvuelve el sujeto y la de sus aspiraciones trascendentes.