Pues ved en cuanta aflición estaría el penado infante que un punto que reposar quisiesse jamás él lo podía hazer hasta morir o vencer, el cual como se viesse en tanta fatiga arrojó como desesperado un golpe tan estrañoa una de aquellas cuatro figuras, que como él fuesse dado con tanta fuerça y con tal espada, dándole por cima de la rodilla le cortó una pierna cercén y una cadena de hierro que por de dentro de la pierna que gruessa era subía, con la cual todo el artificio de las imágines se governava. Y como soltasse la cadena con el corte del espada, todas cuatro figuras vinieron con tanto impectu a tierra que parescía hundirse una gran fortaleza (Roselao de Grecia, cap. IX). La figura de los autómatas se haya integrada en la ficción literaria de la Edad Media y el Renacimiento, especificándose a través de diversas modalidades que en su gran mayoría se hallan supeditadas a la más pura y desbordante fantasía. Arquitecturas móviles que se desplazan con facilidad, fuentes, jardines y vergeles que contienen aparatos neumáticos, puertas, suelos y alcobas que se contraen o desaparecen, y muy especialmente, animales y hombres artificiales, habitualmente de metal, y a veces de piedra o de madera, que a menudo pueden emitir sonidos, o quizá arrojar fuego y aire sofocante, o también moverse y disparar flechas, o embestir con armas poderosas, son algunos de los patrones que componen lo maravilloso mecánico, en cuanto que aportaciones de singular importancia en el desarrollo narrativo de los libros de caballerías castellanos, donde se constituyen, sin lugar a dudas, en elementos recurrentes y significativos de sus aventuras al límite y sus experiencias más terminales. En esta Antología exponemos algunos de los ejemplos de autómatas que aparecen en el ancho piélago de los libros de caballerías castellanos, donde la representación de las artes mecánicas se percibe muy consolidada. El propósito de dicha galería radica en promover la investigación del significado del autómata y su versatilidad en la poética caballeresca. JESÚS DUCE GARCÍA es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza y profesor asociado de Literatura Infantil y Juvenil en la misma universidad. Dedicó su tesis doctoral al estudio y edición del Valerián de Hungría, libro de caballerías editado en Valencia en 1540. Sus líneas de investigación son la literatura caballeresca, la narrativa de Cervantes y las academias y justas de los Siglos de Oro, además de varias aproximaciones al mundo del cómic. Participa en Clarisel, grupo de investigación de literatura medieval y renacentista, avalado por el Gobierno de Aragón.