Isabel acude a menudo a la estación de tren con su padre, el cartero del pueblo, para recoger la saca del correo. Un día ve allí a Guillermo, un compañero de clase, que parece estar esperando un tren que no llega nunca.
La curiosidad hará que ambos compartan sus secretos y que comiencen una amistad que los marcará de por vida.