La vida se hizo para saborearla desde sus virtudes hasta sus defectos, para escribirla, para llorarle, para aprender de ella y llegar muchas veces a amarla. Carles Campomar logra con sus poemas transmitir la pasión con la que él vive y con la que cada uno de nosotros podemos latir. Suspiro tras suspiro, sus palabras abrazan el alma y bailan con el corazón de sus lectores.