El autor, arquitecto y catedrático de Arquitectura, expone entre otras cosas cómo los cambios sociales y culturales han influido en los estilos de decoración; la relación entre los tapices medievales y las moquetas modernas; o cómo algunos de los lujos más apreciados de la vivienda moderna obedecen a requisitos técnicos de la construcción. Rybczynski formula además una dura crítica a «la pobreza esencial de las ideas arquitectónicas modernas», pues a su juicio «la idea que del confort tienen los arquitectos y los ingenieros es fundamentalmente errónea» y el bienestar doméstico «es algo demasiado importante para dejárselo a los expertos; es, igual que ha sido siempre, asunto de las familias y de las personas».
«La casa es un libro serio, históricamente correcto y de lectura exquisita. Es el triunfo de la inteligencia.» The New Yorker