El día cuando Leonor García-Berberova llegó a Inglaterra, Londres era azotada por el incesante bombardeo de la aviación alemana. Una latina que va de refugio en refugio escapando del fuego que consume barrios completos. Hasta que ocurre lo impensado: es invitada a sumarse a la resistencia y acepta cumplir una peligrosa misión en Portugal, aquel país que la Alemania nazi nunca hostigó debido al interés en sus reservas de tungsteno, una de las materias primas más codiciadas de la gran guerra