La carretera de los perros atropellados propone un paseo por las ciudades del sur de Madrid, un recorrido por espacios y situaciones concretas, cargadas de una realidad que en ocasiones llega a los periódicos; rara vez a la literatura. Polígonos industriales, carreteras, descampados, museos o discotecas de extrarradio sirven de escenario a relatos donde cabe la tragedia clásica, la crónica de sucesos, el humor siempre negro y la metaliteratura.