En esta nueva entrega, el autor nos regala una visión poliédrica, rica y compleja de la calle. Por ella desfilan espacios con nombre propio, situaciones, anomalías, recreaciones artísticas y un sinfín de miradas que nos llevan de los wésterns a Le Corbusier, de los juegos infantiles a los escaparates, de la comida en la calle a la lluvia, los árboles, el jardín? y nos proporcionan un mosaico infinito de lecturas posibles, muchas veces íntimamente ligadas al interior y a la casa. Un ensayo que no solo nos introduce en el espacio real, palpable, de la urbe en forma de vía, sino que va mucho más allá para revelarnos los entresijos de la calle como estado de ánimo y espacio mental.