Emilio, un antiguo ejecutivo bancario, es internado en una residencia de ancianos por su familia tras sufrir una nueva crisis de Alzheimer. Allí, aprende a convivir con sus nuevos compañeros cada uno con un cuadro clínico y un carácter bien distintos y los cuidadores que les atienden. Emilio se adentra en una rutina diaria de cadencia morosa con horarios prefijados la toma de los medicamentos, la siesta, las comidas, la gimnasia, la vuelta a la cama... y en su pulso con la enfermedad para intentar mantener la memoria y evitar ser trasladado a la última planta, la de los impedidos, cuenta con la ayuda de Ernesto, su compañero de habitación...