En la Edad Media cristiana, el usurero se manifiesta como un ladrón de tiempo. ¿Acaso no roba a Dios, en la medida en que el tiempo es un don divino y gratuito, y también a los cristianos, ya que prestar a interés está vedado en una comunidad fraternal? Por esa doble razón el usurero está irremediablemente condenado al infierno.
Pero ¿quién diría que esta figura da lugar a un espacio nuevo de ultratumba? En vísperas del auge de los grandes movimientos económicos del capitalismo moderno, la teología medieval salva al usurero del infierno. Inventa para él una morada algo menos funesta: el purgatorio. Así alcanza su doble objetivo: conservar la bolsa sin perder la vida eterna.
Jacques Le Goff, nacido en Toulon en 1924, es considerado uno de los mayores especialistas de la Edad Media. Investigador genial e incansable, dirige desde 1962 la sección de Estudios sobre antropología histórica del Occidente medieval en la EHESS. Es autor de una treintena de libros y coautor del gran Dictionnaire raisonné de l'Occident médiéval. Gedisa ha publicado también sus libros Los intelectuales en la Edad Media y Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval, 2. La bolsa: la usura 3. El ladrón de tiempo 4. El usurero y la muerte 5. La bolsa y la vida: el purgatorio 6. "El corazón también tiene sus lágrimas" Apéndice Bibliografía
La usura y el usurero