Decía Robespierre: «La muerte es el comienzo de la inmortalidad». Y es que todos tememos la muerte, la enfermedad, pero cuando llega, no queda más remedio que hacerle frente y luchar. Cada día más es una batalla ganada, cada lección aprendida es lo que nos hará mejores personas, haciendo que al final, todo haya merecido la pena. Esta es una historia real como la vida misma, que empieza, que se amplía, que se rompe y que desaparece. Una nueva visión de esta terrible palabra «cáncer», a través de una hija que siente, que crece, que pierde, se cae, aprende y se levanta. Porque la vida de las personas no queda reducida solo a los logros de juventud, al dinero ganado o los premios conseguidos. Son los recuerdos que dejamos en las personas que nos amaron los que nos darán la inmortalidad y la paz que permite mirar la pérdida con nuevos ojos. La vida es una pista de baile donde la música nunca cesa; corremos el riesgo de tropezar o cansarnos, pero qué bello es bailar y qué hermoso es hacerlo bien acompañado. ¿Te atreves a bailar con las páginas de este libro? Parte de los beneficios de este libro irán destinados a asociaciones contra el cáncer.