El psoe se define como socialista porque su programa y su acción van encaminados a la superación del modo de producción capitalista mediante la toma del poder político y económico y la socialización de los medios de producción, distribución y cambio por la clase trabajadora. Entendemos el socialismo como un fin y como el proceso que conduce a dicho fin, y nuestro ideario nos lleva a rechazar cualquier camino de acomodación al capitalismo o a su simple reforma.
Hasta que se cubra ese objetivo final de la sociedad sin clases, con la consiguiente desaparición del Estado, existirá una etapa transitoria de construcción del socialismo en la que serán necesarias intervenciones enérgicas y decisivas sobre los derechos adquiridos y las estructuras económicas de la sociedad burguesa. El grado de presión a aplicar deberá estar en función de la resistencia que la burguesía presente a los derechos democráticos del pueblo, y no descartamos, lógicamente, las medidas de fuerza que sean precisas para hacer respetar los derechos de la mayoría haciendo irreversibles, mediante el control obrero, los logros de la lucha de los trabajadores (XXVII Congreso del psoe. Resolución política).
Apenas seis años después, en octubre de 1982, los socialistas llegaron al poder tras una arrolladora victoria en las urnas y con un programa electoral sumamente moderado sustentado, según José María Maravall, en un proyecto coherente de gobierno que asumía las esperanzas y las aspiraciones de la mayoría de los españoles: la lucha contra el desempleo, la mejora de la productividad, la modernización del país, la vinculación a la Europa democrática y liberal.
Este libro intenta explicar cómo y por qué el psoe llegó a convertirse a mediados de los setenta en el partido socialista más radical de la Europa occidental y cómo y por qué pasó en tan solo seis años a ser uno de los más moderados de la Internacional Socialista.