José Fernández Moratiel, dominico (1936-2006), perteneció por derecho propio a ese reducido y selecto grupo de personas que han logrado vivir una profunda experiencia religiosa camino de la unión con Dios y de la amistad con los hombres. Entendió que, para desarrollar todas sus potencialidades, el ser humano debe bajar al fondo de su corazón escuchando la llamada personal hacia el bien y la verdad. Con su Escuela del Silencio consiguió transmitir y hacer vivir su experiencia religiosa a multitud de personas de toda índole y geografía. En la memoria de todos sigue su sonrisa y cercanía, su sencillez y naturalidad, su austeridad y pobreza, su ternura y generosa amistad, su paz y hombría de bien, su magisterio, y sin duda, su santidad.
El hombre que tú estás llamado a ser lo encontrás, gritando por salir, dentro de tu corazón. Sumérgete en el silencio y escucha, nos diría él sin romper su sonrisa.