El lector encontrará un abanico amplio de personajes mejor: de personas, porque quedan despojadas de apariencia para quedar desnudas en su esencial identidad donde hay enfermos de sida, abogados generosos, extranjeros, presidiarios, voluntarios cooperantes, ancianos, niños abandonados, hippies... y hasta personajes misteriosos a los que el autor lanza un poco disimulado guiño de empatía y reconocimiento. Un libro lleno de poesía con Dios al fondo.