LA MEMORIA DE LAS ACACIAS A Manuel Vegas Asín Las acacias recuerdan otros tiempos, el color de los días sin color, del mayo resignado que recogía todas las tristezas que desprende el invierno, y los niños ajenos al pasado, jugaban disfrazándose de niños, es la imaginación que oculta el hambre en las horas terribles. Las diminutas flores de las viejas acacias revestían de blanco las aceras, con su maná inocente, y era igual que un milagro ese toque de luz. Lo mismo que la sangre me recorre para seguir viviendo con su pulso constante, deambulo por calles y glorietas, Madrid del corazón, no me importa hacia dónde, pues tu babel me sigue reclamando.