Si eres capaz de hallar en ti la suspensión de lo que llamamos «real», cabalgando mientras tanto en el caballo embrujado que domina la Luna, y logras llegar hasta la última página sin desmontar, ella, la Diosa, confiará en tu corazón el secreto ancestral con el que materializar tus sueños. Ya lo dijo Robert Graves: «Si donde Ella está suceden cosas raras, no deben extrañar tales prodigios».
Es posible que lo que aquí leas quede superado científicamente, pero no debemos olvidar que desde que el mundo es mundo, siempre ha habido y seguirá habiendo una casta de seres con amor hacia lo inseguro, lo excepcional, lo milagroso y mágico. Por ellos, que volverán a buscar una y otra vez los fantásticos palacios de la imaginación donde se rinde culto a los imposibles posibles, te entrego esta parte de la «memoria olvidada», por si te sirve.