En plena Primera Guerra Mundial, Richard, el marido de Anna, sobrevive y trabaja con Karl durante meses en un campo de prisioneros siberiano. Día tras día, para hacer más llevadera su situación, le narra a su inseparable compañero cada detalle, esencial o sin importancia, de su pasada vida con Anna, a la que añora continuamente. La situación de desamparo, las vívidas evocaciones de Richard, la nostalgia de un amor verdadero lograrán al fin que Karl se enamore de esa imagen femenina que con el tiempo ha adquirido para él rasgos cada vez más reales, con sus texturas y olores, con sus deseos y anhelos; una imagen que lo impulsa también, al fin, a vivir y renacer tras el desastre.
El azar separará a ambos amigos, y Karl huirá hacia Alemania para conocer al fin a Anna y hacerse pasar por su marido, sirviéndose de su parecido físico con Richard y de las terribles inseguridades provocadas por la guerra.
¿Engaño o verdad más alta que la verdad? Es ésta una narración que huye de términos como verosimilitud y mentira y consigue que una historia de amor sea también una novela filosófica; una novela que se sirve de muchos de los recursos del teatro del barroco para tejer no una historia de confusiones y apariencias sino una profunda reflexión, emocionante por momentos, sobre el poder consolador y renovador del amor y el poder incontestable de las palabras.