Argumento de Juegos Prohibidos
Esta es una historia de putas. Por ende, en ella describo un sub-mundo, y lo hago a través de los tipos de mi ya mencionada clasificación, para lo cual no tengo más que presentar a mis amigas o hasta enemigas, y entre pasaje y pasaje, hacer el relato de algo que me aconteció. Con suerte, debo de estar inventando un género literario, pero si no es así, perdónenme; no soy escritora. Así comienza uno de los capítulos de esta irreverente novela que de no ser por el implacable sarcasmo presente de principio a fin, podría ser tomada por algunos como una apología del oficio más antiguo del mundo. Escrita en primera persona, podría asimismo parecer una obra autobiográfica cuando sin embargo se trata de ficción en su casi totalidad, excepto por un par de pequeñas anécdotas que la autora escuchó por azar de boca de sus protagonistas reales y a las que la imaginación le dio vuelo trocándolas en esta divertida pero no por ello menos sórdida- narración acerca de sucesos ya cotidianos en un país cuyo gobierno ha presumido ante el mundo de haber construido una sociedad pura, integrada por el utópico arquetipo del hombre nuevo. Judith Morales Montes de Oca (Pinar del Río, 1963) nacida en los albores del proceso revolucionario cubano, miembro pues representativo de las nuevas generaciones, cantera del futuro que durante años han saludado la bandera y cantado el himno nacional con el estómago vacío y la cabeza repleta de sueños, mientras recitan su lema Seremos como el Che nos regala esta historia con la esperanza de que ayude a desvanecer el mito todavía presente en algunos que confían en el modelo socialista como la panacea universal para solucionar los males que aquejan a la humanidad. Judith Morales, psicóloga de profesión, ganó en Cuba el Premio UNEAC de Novela Cirilo Villaverde con su obra Escorpión (Ediciones Unión, 2002) teniendo además otros premios y publicaciones. Actualmente reside en Miami.1