Juan Manuel de Prada (zamorano nacido en 1970) pasó en poco tiempo de escritor inédito a la fama. Y ello antes de que con su segunda novela y con solo 26 años ganara el premio Planeta. Su primer texto (Coños, 1994) fue publicado de forma artesanal y en edición reducida, pero pronto las alabanzas de la crítica y el boca a boca le abrieron las puertas del éxito. El volumen de relatos El silencio del patinador (1995) fue también muy elogiado por los críticos. Las máscaras del héroe (1996) lo consagró definitivamente, confirmándole como autor de una de las mejores novelas de una década rica en títulos memorables. El Planeta lo ganó con su segunda novela, La tempestad (1997). Su tercera, Las es-quinas del aire (1999), es, entre otras cosas, una aportación fundamental a los gender studies. Prada es un orfebre del lenguaje, un maestro de la adjetivación, un insólito conocedor de la técnica de la repetición de términos, lexemas y construcciones sintácticas, amén de un excepcional creador de símiles y metáforas. Aciertan quienes afirman que en su obra el castellano se salva y prolonga.