La influencia de los grandes poetas sobre este autor ha sido tal que, en un arrebato de pasión literaria, no ha dudado en tomar prestados algunos de sus versos para elaborar sobre ellos nuevas composiciones poéticas. Como el propio autor nos dice en su prólogo, en absoluto ha pretendido emular, derrotar, ni tan siquiera compararse con unos autores cuya valía esta de sobra demostrada. Antes bien, prefiere considerarse como víctima cautivada por la belleza de unos versos ante los que sucumbe subyugado y que, aunque recibidos en préstamo, le valen para ensalzar y homenajear la figura de sus queridos y admirados autores.