Lectura para creyentes y descreídos, un relato nuevo sobre una historia tantas veces oída.
Max Gallo es conocido por sus fuertes convicciones políticas y su pensamiento social comprometido. Quien ha sido durante años el gran defensor en Europa del republicanismo laico, comunista y socialista; nos sorprende de nuevo, ahora tras un dramático episodio biográfico que el mismo ha narrado en algunos medios, con una historia una vez más provocativa: Jesús, el hombre que era Dios.
El historiador francés contemporáneo por excelencia, recorre con pasión la historia en todas sus obras, ya sea en los acontecimientos o en los personajes. A través de ellas, se puede percibir la evolución intelectual seguida a través de su estudio y el análisis minucioso.
Con la maestría que le caracteriza como narrador, lo que relata en esta ocasión es, sin adornos, con precisión de crítico historiador: la vida de Jesús. Uno de los mayores misterios del mundo, y no solo para el autor: Jesús, hombre o Dios.Dios y Hombre.
En su relato, vivimos el Evangelio a través de las escenas escogidas con rigurosa fidelidad a la cita bíblica, para encontrarnos cara a cara con Jesús. Un encuentro a través de los ojos y las palabras del centurión que a los pies del madero ve morir a Cristo. Personaje narrador de toda la obra y con el que el autor ha logrado identificarnos a cada uno de los lectores.
Se trata de una reflexión íntima y personal sobre los Evangelios para recorrerlos estrofa a estrofa sin prisa, y poder dar respuesta a las dudas de toda una vida de búsqueda. El centurión de Gallo somos cada uno de nosotros creyentes o no creyentes, a los pies de Cristo agonizante en la Cruz. Todos ante la pregunta: ¿y si de verdad, este Hombre fuera Dios?
No se trata de un libro cerrado, la narración termina pero no la historia. Cada lector oirá en boca del centurión sus propias preguntas y se dará sus respuestas sinceras. Esta obra de Gallo, como los clásicos, encierra en sí misma más de una historia. Entretejida con la primera, la recreación de la vida de Jesús a través de las escenas escogidas a modo de flash-backs cinematográficos, se adivina la propia vida del autor y cada uno podemos encontrar también nuestra propia historia.
Verso en prosa. Narración fuerte, emoción contenida, y profundidad en el texto.