Jesús, 3000 años antes de Cristo es ya un clásico de la historia del cristianismo.
Jesús de Nazaret no fue ni el primero, ni el único ser sobre la Tierra que murió y resucitó al tercer día. Tampoco fue el primero en multiplicar panes y peces para alimentar a sus seguidores, ni el único niño de la historia que nació de madre virgen o fue venerado en su cuna por venerables sabios. Antes que Él, junto al Nilo, el dios egipcio Osiris gozó de idénticos privilegios. Y lo que es más importante: tales prodigios fueron perpetuados a través de la institución faraónica, que atribuía simbólicamente al rey de Egipto atributos que, siglos después los discípulos concederían sólo a Jesús de Nazaret. Javier Sierra
Después de conocidas las primicias de las sorprendentes investigaciones filológicas e históricas de Llogari Pujol y Claude Carcenac, habrá que contar desde ahora con los datos y testimonios literarios, o epigráficos, suministrados por sus relevantes hallazgos de la cultura de la Antigüedad egipcia. Gonzalo Puente Ojea, ex-embajador de España en el Vaticano.
Los evangelistas construyeron la vida de Jesús utilizando textos egipcios. Los Evangelios fueron compuestos por eruditos sacerdotes judeo-egipcios del templo de Serapis en Sakkara (Egipto): tradujeron palabra por palabra textos egipcios. Llogari Pujol Boix, en «La contra», Víctor-M. Amela, La Vanguardia.