Rotura la tierra. Reivindica tus orígenes. Ilimita mi fe. Tala el celo para armar el maderamen del cerco antes que otras manos: el puño serpentino del mercader o el filo adánico del aserradero -misma hiedra tras el alerce- expulsen de su templado paraíso a tanto coihue y ciprés. De Douglas Tompkins (duende americano dado a alzar el Parque Pumalín, templo de la naturaleza)