Bienvenidos a aquellos que no pueden apagar sus ideas, que tienen incendios en vez de corazones, que no corren galopan, que no se asustan se aterran, que no aman se quiebran, que no piensan viven porque no encajan lo suficiente para morir, solo se transforman inefablemente, bienvenidos a ustedes humanos vivos que agonizan con una descomunal dulzura entre una muchedumbre de hombres muertos caminando.