¿Existen realmente los géneros periodísticos o son sólo un artificio teórico? ¿Sería posible definirlos a partir de ciertos rasgos distintivos? ¿Se podría representar la noticia mediante una pirámide convencional, no invertida? A éstas y a otras preguntas relacionadas con la teórica y la práctica de la información intenta responder el presente libro bajo las premisas de que no tiene por qué ser tan distinto lo que leemos de lo que vemos; de que ciertos rasgos de forma combinada, en efecto, pueden definir un género, como ciertos genes, en una cadena de ADN, pueden definir un ser vivo; y de que los géneros, como los hemos conocido hasta ahora, no existen, lo que existe es una corriente de comunicación que sacude el mundo y que de vez en cuando cristaliza en unas líneas concretas. Los géneros han muerto. ¡Vivan los géneros!