El vector fundamental sobre el que se ha organizado la visión de la Historia de la Mujeres sigue la línea inciada en la Ilustración, que preconiza la aplicación de los derechos universales en sentido estricto, es decir, en igualdad entre todos los seres humanos. De ahí que lo que se busca es no hacer una historia segregada, sino una historia integradora en consonancia con este fin que no es otro que hacer una historia total, que incluya a hombres y mujeres. Prevalecen, sin embargo, los textos en los que se "hace historia", stricto sensu, es decir trabajo de archivo, investigación, análisis y discurso narrativo, aunque también los hay que reflexionan o teorizan sobre la materia.