Es en este marco en el que tiene sentido la búsqueda de una poesía romántica, que pretende ir más allá del juicio, arremetiendo irónicamente contra los límites del lenguaje, contra la sintaxis, contra el sentido previsible del léxico, para que pueda hacerse espacio a aquello que el juicio oculta. La poesía romántica se asoma, de este modo, al abismo en que lo absoluto comparece como tiempo, el caos desde el que el artista romántico sueña con reconducir la historia. Pues, como dice Schlegel en uno de los fragmentos aquí reunidos, sólo es un caos aquella confusión de la cual puede surgir un mundo.