Argumento de Humano, Después de Todo
"No se puede vivir con el alma sembrada de agujeros -nos dice Elio Aprile-. Cada pregunta insatisfecha es una perforación del alma."
Y entonces, en un ejercicio de reflexión que nos invita a compartir, este filósofo contemporáneo vuelve a la esencia de aquella filosofía que "nació en las calles, en las plazas. Calles y plazas: los lugares más abiertos de una sociedad". Rechaza su reclusión en claustros universitarios, la despoja de severos ropajes, para proponerla, desnuda, atemporal y viva, lanzando la provocación de sus preguntas.
Aprile nos habla del mundo, del tiempo, del hombre y de todo aquello que le confiere su condición: los conflictos, la relación consigo mismo y con el prójimo, la mirada que siempre extendió hacia el universo, desde la pequeñez del que contempla el infinito.
Se explaya sobre la angustia como llave que abre la puerta a la humildad, pero también sobre el amor y sus fiestas.
A la voz del filósofo se une indisolublemente la del poeta, y por eso cautiva con la tersura de sus palabras, que además de decir, bien dicen.
Así este libro nos permite, de un modo exquisito, reflexionar sobre los temas que son patrimonio de la humanidad, nos brinda pensamientos, y nos plantea interrogantes, sed de saber y crecer que nos diferencia de otros seres vivos, mientras contamos los días de nuestra existencia "con un ábaco de estrellas, uno de esos ábacos siderales que el mundo ostenta a montones".0