Afortunadamente hoy la "Espiritualidad" vuelve a ser una posibilidad, por lo menos respetada. Es ya, para muchos y muchas, ganas del Espíritu, voluntad sincera de darle a la vida peso específico. Y en medio de tantas espiritualidades y efervescencias religiosas que hoy se dan, la Espiritualidad cristiana, estrictamente tal, rebrota, se derrama como un óleo y se sale de las estrecheces a que las dicotomías eclesiásticas la habían empujado. Ser cristiano/cristiana: esa es la espiritualidad cristiana. Vivir el evangelio de Jesús. Seguirle a Él y proseguir su Causa.