El hilo argumental de esta narración es el espíritu profundo de la misericordia. Misericordia hecha manejo del estetoscopio, la droga medicinal, el bisturí, la interrogación del paciente. Fundamentalmente, el respeto a su condición humana que lleva a hincarse en la cama del hospital, a palpar con delicadeza, a lavar el cuerpo sucio; y quizá el alma también. Esto es caridad hecha ciencia, hecha medicina, hecha enseñanza magistral.