Una síntesis sobre la Edad Moderna debe tener en cuenta la novedad radical de la época, su signo de identidad más original: la aparición de una auténtica historia universal. Los descubrimientos geográficos de los siglos XV y XVI permitieron una serie de intercambios permanentes (humanos, económicos, culturales) entre los distintos continentes: fueron el acta de nacimiento de un solo mundo. Este volumen pretende enfatizar tanto el desarrollo autónomo de esos continentes (Europa, África, Asia, América), huyendo de la tentación eurocéntrica presente en las visiones tradicionales de nuestro pasado, como el alcance de los vínculos que los conectaron entre sí a lo largo de los tres siglos que alumbraron uno de los acontecimientos más relevantes de la historia: la primera globalización.