«Me llamo Isidre Esteve y antes era piloto de motos, uno de esos capaces de ganar en un viaje de aventuras, de competir contra la leyenda del desierto, de retar al continente olvidado. Así era hasta que conocí la eternidad del instante. Sucedió así... en silencio. Depués la dama negra quiso visitarme, pero esta vez llegué antes a la meta. Soy el capitán de mi alma. Entonces el mundo fue otro. Y siguió la vida. Y regresaron las sonrisas.» La suerte de mi destino es una historia absolutamente conmovedora, todo un ejemplo de superación.