Este primer volumen está articulado en torno a la relación siempre fluctuante, entre el "sacerdotium" y el "imperium". Al hilo de este asunto, Lortz describe pormenorizadamente el conjunto de facetas que componen la vida de la Iglesia: movimientos espirituales, devociones, desarrollo de la Teología, participación en el universo intelectual de cada época, etc. Su visión complexiva hace insustituible aún hoy el manual de Lortz.