El problema en torno a la filosofía cristiana tiene, además de su sentido doctrinal, una dimensión histórica. En la edad media, el centro de perspectiva histórica se sitúa en la escolástica.
La necesaria delimitación de la temática filosófica no dispensa de ocuparse de ella dondequiera que de hecho se halle, ya sea en la apologética del cristianismo, o en la "inteligencia de la fe", y desde luego en la utilización de la filosofía al servicio de la sacra doctrina..